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K'IRI / HERIDA 2023

Performance 

La Huasteca, Monterrey, Nuevo León

México

K’iri / Herida en Quechua. 

Sur, norte, orientaciones vacías de sentido al descender por la herida de la tierra. Un ave corta el horizonte, se desfigura el paisaje y el cuerpo es abismo lejos de la cultura. ¿Cómo se recordará un bosque cuando no haya brisa, ho-jas, ramas o agua? ¿Dónde? ¿En qué zona del cuerpo surgirá esa pregunta? Se va tan lejos para activar memorias. Curar una herida con lodo y telarañas da vida a larvas que son sombras. Pienso en Andrés Chiliquinga, quien hirió su pie talando árboles para hacer carbón. Andrés, un personaje de ficción en un monte de Ecuador. Un indio quechua ardiendo de fiebre. Cuando era un niño, con mi familia descendíamos por la Cordillera de los Andes para bañarnos en el río Lircay. Mi padre me enseñó cómo bajar esas quebradas. Vilches. Mi tierra. Ahora desciendo una línea blanca en este roquerío donde antes fluía agua y los Wixárikas lo consideraban el ombligo del mundo. Yo me siento en el norte, Andrés estaría al sur y yo he sido sur. ¿Será una herida una coordenada? Ahora arrastro carbón en polvo por una línea blanca que desciende y me pregunto por qué un artista sería un mesías. Al contacto de esta roca que arde, me percibo gesto, fuerza, equilibrio. Al llegar abajo, hubo un trueno que anunciaba lluvia. Vimos las primeras gotas caer sobre raíces que asomaban del fondo de la tierra.

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